Conocida por todos, adorada por muchos y despreciada por algunos, la mosca más usada en nuestro país permite variantes de forma, materiales y color que valen la pena probar.
La anécdota evidencia la ceguera que genera la desesperación de algunos amigos de la pesca con mosca que viven lejos y que proyectan durante meses y a veces años, su visita a la Patagonia, algo que evidentemente les complica ver más allá de sus tippets.